Thianna
Estamos solos. Lo estamos desde que abandonamos Bieltan, nuestro antiguo hogar. Estábamos cansados. Cansados de luchar, de huir, de vagar después de la Caída. Queríamos Paz.
Nos marchamos y dejamos a nuestros Hermanos. Nos convertimos en solitarios, en los Ëaressi, Solos en el Océano, nuestro océano que son las estrellas. Sólo luchamos para proteger nuestro secreto y nuestros refugios.
Nos escondimos. Del Gran Enemigo, de nuestros Hermanos y Primos, de los Mon-keigh, de todo y de todos. Escondidos tras múltiples disfraces y subterfugios vagamos por las Estrellas hasta que fuimos olvidados, ocultos entre la Multitud.
Hemos conocido a muchas razas y culturas. Unas nos han odiado, otras nos han ofrecido sus conocimientos, pero ninguna ha sabido quienes éramos realmente. Tenemos muchas caras, muchas banderas, y ninguna. Nuestra nación no tiene capital. Nuestro reino somos nosotros mismos, pero lo llamamos Thianna, nuestra Consciencia Colectiva. Nuestro Hueso Espectral.
Nos hemos adaptado y hemos aprendido. Seguimos siendo Eldar, pero somos más que eso. Hemos caminado entre todos Vosotros, la Multitud, sin que nos reconocieseis, porque nada había que reconocer. Thianna no tiene forma ni fronteras. Nosotros y Thianna estamos en todas partes y en ninguna.
Sólo nuestros Hermanos Arlequines nos han visto y nos recuerdan. Ellos en su brillantez anonadante, en sus interpretaciones y bailes, en su vagar y vigilancia a través de la Telaraña, recordándonos en alguna antigua y casi olvidada canción. Thianna, en las sombras.
Pero los tiempos cambian. Los Enemigos se fortalecen y regresan. Es tiempo de que nosotros los Ëaressi dejemos de estar solos y regresemos con nuestros Hermanos.
Los Ëaressi saldremos de la Multitud y tomaremos lo que nos corresponde, incluido nuestro nombre verdadero, hasta ahora perdido en los recuerdos de nuestro antiguo hogar. Somos los Falakiri, las Espadas de las Costas.
...y vamos a la Guerra junto a nuestros Hermanos, con el Viento de Bieltan aullando de nuevo en los filos de nuestras armas.
(Mensaje entregado por Brokaar, Señor de los Hurones Baakun, a un prisionero mon-keigh liberado, en nombre de su patrón, Sayëan Ëaressi, Señor de los Falakiri, en el Cuadragésimo Primer Milenio del tiempo de los Mon-keigh)
Nos marchamos y dejamos a nuestros Hermanos. Nos convertimos en solitarios, en los Ëaressi, Solos en el Océano, nuestro océano que son las estrellas. Sólo luchamos para proteger nuestro secreto y nuestros refugios.
Nos escondimos. Del Gran Enemigo, de nuestros Hermanos y Primos, de los Mon-keigh, de todo y de todos. Escondidos tras múltiples disfraces y subterfugios vagamos por las Estrellas hasta que fuimos olvidados, ocultos entre la Multitud.
Hemos conocido a muchas razas y culturas. Unas nos han odiado, otras nos han ofrecido sus conocimientos, pero ninguna ha sabido quienes éramos realmente. Tenemos muchas caras, muchas banderas, y ninguna. Nuestra nación no tiene capital. Nuestro reino somos nosotros mismos, pero lo llamamos Thianna, nuestra Consciencia Colectiva. Nuestro Hueso Espectral.
Nos hemos adaptado y hemos aprendido. Seguimos siendo Eldar, pero somos más que eso. Hemos caminado entre todos Vosotros, la Multitud, sin que nos reconocieseis, porque nada había que reconocer. Thianna no tiene forma ni fronteras. Nosotros y Thianna estamos en todas partes y en ninguna.
Sólo nuestros Hermanos Arlequines nos han visto y nos recuerdan. Ellos en su brillantez anonadante, en sus interpretaciones y bailes, en su vagar y vigilancia a través de la Telaraña, recordándonos en alguna antigua y casi olvidada canción. Thianna, en las sombras.
Pero los tiempos cambian. Los Enemigos se fortalecen y regresan. Es tiempo de que nosotros los Ëaressi dejemos de estar solos y regresemos con nuestros Hermanos.
Los Ëaressi saldremos de la Multitud y tomaremos lo que nos corresponde, incluido nuestro nombre verdadero, hasta ahora perdido en los recuerdos de nuestro antiguo hogar. Somos los Falakiri, las Espadas de las Costas.
...y vamos a la Guerra junto a nuestros Hermanos, con el Viento de Bieltan aullando de nuevo en los filos de nuestras armas.
(Mensaje entregado por Brokaar, Señor de los Hurones Baakun, a un prisionero mon-keigh liberado, en nombre de su patrón, Sayëan Ëaressi, Señor de los Falakiri, en el Cuadragésimo Primer Milenio del tiempo de los Mon-keigh)
1 comentario
Neo-Servass -
Sigue asi colega